miércoles, 16 de septiembre de 2009

No estaban solos

Ella lo miró absorta: "Nadie sabe lo que te puede deparar el destino"
¿Nadie? pensó al instante, con signos de interrogación y frunciendo el ceño como si no entendiera a qué se refería. Ella lo sabía, estaba segura de que él sería su próxima parada, el sitio donde llegaría el subte que se tomaría la vez que decidiera hacerlo.
Él lo pensó dos veces. "Seguro", confirmó con un movimiento suave de la cabeza. Después miró hacia el oeste.
El viento había comenzado a hacerse presente de a cuenta gotas y la gente (los vecinos y las vecinas, esos hombres borrachos que nunca saben hacia dónde van y caminan como pueden y ellas, esas mujeres gordas y en camisón) habían aparecido uno a uno, hasta llenar el bar.
Ella y él ya no estaban solos. Esa soledad buscada, añorada, encontrada y amasada finalmente, que generalmente llega cuando la tarde se va, ya no era una compañía. Estaban rodeados.
Ella disimuló el malestar con un tango viejo. Él reconoció el tango, pero hizo como si no. Después, llegó la mujer de él, nerviosa, moviendo la cartera y meciendo un cochecito al ritmo de un pulso agitado. Después, el marido de ella, con los manos en los bolsillos, como el que llega de un día sin muchos sobresaltos.
Ella volteó la mirada hacia la luna nueva. Y él, hizo algo parecido.

martes, 28 de julio de 2009

no hubo

Antes de que sea tarde
quiso salir de su inmóvil paso
corrió calles descorteses
inundó mares de tristeza
oyó ruidos lejanos
como ecos viejos

los nuestros y los tuyos
qué es cómo dice
que le va

basta, gritó asustada
impertérrita
tocó un timbre áspero
no hubo respuesta

¿tarde? miró sonmámbula, cerca del final,
su reloj pulsera- reloj- pared
no hubo respuesta
otra vez

sacó nerviosa, la tarjeta del seguro de salud
llamó una ambulancia muda
y nadie quiso saber de ella
no hubo pregunta

lunes, 20 de julio de 2009

late

Late
Late
Late
Adentro,
hay un embrión nadando
empuja
se transformará luego
en una historia para andar
ahora si
veo
la felicidad de aquel hombre que desafió el abismo
la mujer niña que rompió el silencio
los caminos errantes atrás
late
adentro
mío

martes, 30 de junio de 2009

te busco

Te busco
busco tu pelo suelto
tu cabeza inquieta como perros huérfanos
te busco
busco tu mano apretada en mi pecho
que me da calor de vida, calor de muerte
Te busco
busco tu olor inconfundible
buscame

De noche

un noche
nada más
noche de horas pequeñas
de saludos inconfesables
promesas, no, gracias
aún nos vemos como buscando un horizonte
pero estamos solos
cada uno
cada cual
zapatos que quedaron desatados
es otra vez de noche

Vacíos

Extraño
hay un pájaro desnudo en la cocina
sobrevuela este insípido universo
dolores de cabeza- panza- muela
tengo fuerzas para seguir
aún
susurro al oído de los niños

miércoles, 27 de mayo de 2009

Peces

Los peces se hundieron en mi memoria
el agua está fría, fresca, me quema los huesos
como un resabio del infierno azul
ya no hay nada por lo que luchar
hay abismo.
Estás ahí y te desnudan mis visiones.

martes, 19 de mayo de 2009

Hielos

El frío derrite las palabras
estómagos huecos
los saludos que nunca te di
Ya no te abrazo

lunes, 18 de mayo de 2009

Juramento

Hasta dónde será cierto?
Hasta dónde será oculto?
Hasta dónde será nuestro?
He dado el salto
Has hundido los brazos debajo de mis piernas
No voy a ocultarte en el lenguaje
No voy a jurarte mandamientos.

En Riesgo

¿Por qué esperar a que el mundo desande poesías con mis lápices?
La soledad me hiela los dientes y el peligro está cerca
hay llantos de niños- huérfanos y de perros- hijos
estamos temblando
......................................................
He regresado mundo-casa
las letras que dejé atrás de mi
ya son recuerdo
te miro, me miras
hay pocos motivos para este desconcierto
..........................................................
Vuelvo a olerte
Hay riesgo

El regreso

Vuelta de mi hacia el abismo
hay un hueco
una distancia póstuma
miro hacia los lados
me hundo

sábado, 14 de febrero de 2009

Recuerdos (borrosos)

Sola, de soledad multicolores.
El carnaval pasó como los años aquellos de la escuela primaria
Retratos- retazos -retrasado
Te encontré un día
te miré
cara a cara
ojo a ojo
mano a mano
no somos nada.
hoy, en cambio,
no hay más de lo que vimos
Vejez apresurada por los tiempos verbales
fui- soy- seré
ya me v0y derritiendo con los arquetipos que me mostraste
y no
ahora sólo hay un viaje
el mío
hacia lo eterno.

martes, 27 de enero de 2009

No busques

No te juraré amor sin plazos

No terminaré mis cartas diciendo "tuya"

Apartate de mi. No habrá más que palabras.

destrozo

Como destrozar la cabeza contra el muro
quermar mis dedos con sahumerios
tú, extraño que apareces
desvelado
desatado
desnudado
mueres

sábado, 10 de enero de 2009

Marian

Marian,
palabra viva, palabra en hacia delante
como diosa indómita te reverenciamos
mujer entera- bruja- de pie
nacida de selva
serás risa a carcajadas
leona enérgica y brava

Un silencio te habita
tus deseos
sucumben
en el camino sinuoso de otros,
fuiste bautizada a oscuras
como
madre que acaricia
cerebros y panes,
vemos
tus manos salvajes trazando túneles
hacia
tus sitios inhóspitos
y entonces
te descalzas
y
tus penas
que
se hundieron hace tiempo
allá donde nadie te distingue
prosperan insurrectas
sin brújula

No desesperas
el mundo infringe y cae dócil
te saluda y te deleita esa genuflexión
habrá certezas que descubrir
aún
una carta que echar
en este temporal infinito
que es la vida
giras y
desnuda en el mar te salvas.

Desatame

Desatame.
Hay un mundo lleno de dientes.
Veo deshojar margaritas a enanos.
Hay una mano extraña en el fondo.

El procedimiento

Eran las 3 de la tarde cuando Amalia miró su reloj y absorta notó que llegaba con retraso. “Espero que ese médico no se mueva de ahí”, pensó mientras le temblaban las piernas. Anduvo dos cuadras más y abrió un papelito que había doblado prolijamente con varias vueltas dos días atrás : Colón 994, cuarto piso, había escrito con una lápiz azul que apenas podía leer . “Sí, es acá”, se dijo aliviada. Prefirió el ascensor porque los nervios le inundaban el cuerpo y cualquier esfuerzo de subir una escalera, sería en vano. Como una postal en movimiento, se le pasó la vida mientras ascendía hasta aquel cuarto. La soledad había sido una buena compañía, ella lo sabía, la había despertado desde muy pequeña, cuando su madre le dijo adiós y la metió en la casa de su abuela Anastasia de un empujón. Ella sabía que no podía repetirse la historia. O al menos ella no quería, si a esta altura le quedaba algún margen de libertad. Después se descubrió en aquel consultorio.
“Señorita, antes del procedimiento tenemos que completar un formulario” le dijo un hombre con un delantal blanco desteñido. “Pase por acá, por favor”. Amalia, que acostumbraba a reñir con cuanta persona- si era hombre, preferentemente- se le aparecía en su camino, sólo se limitó a responder. “Esta ficha la llenaremos por las dudas, por si por esas cosas de la vida, a la policía se le ocurre venir a visitarnos”, le dijo el doctor. “Cínico”, esa fue la única palabra que pudo pensar Ni una más. Eso de “esas cosas de la vida”, no mereció reflexión alguna.
Después la acostaron en una camilla y todos vistieron guantes. Había una mujer gorda con el pelo cortito, como el pasto que se corta con una máquina. "¿Has comido algo?", le preguntó la obesa. “Sí, un poco de budín”, respondió la muchacha. Y recibió una cachetada: “Nos olvidamos de avisarte que no tenías que comer, pero ya te hemos puesto la anestesia, que tengas suerte”-Sobre un colchón azul desvencijado apareció Amalia extendida. Habían pasado dos horas y ella no tenía noción del tiempo. Se apersonó una muchacha que aparentaba la misma edad de Amalia, pero cuando la miró bien, un conjunto de arrugas le dibujaban el rostro. “Buenas tarde señorina, nuestro servicio ha terminado, ya se puede ir”, le dijo. Amalia intentó levantarse, pero los mareos le hicieron tropezar una y otra vez. Debajo de su bombacha un algodón grande con mucha sangre, era lo único nuevo que sentía. Salió del cuarto. Apareció en la calle y la cabeza le estallaba.

No importa (dice la gente)

Están los de siempre: mi tío, tu espejo y el peine
Llueve palabras soeces
Y entonces los niños ocultan su humor

Me muevo
Resucito
Te miro y me alejo

La gente dice que no importa
Y no hay ni dimes ni diretes

Pasajes

El cadáver desnudo descubre un cielo fijo
Ha pasado el amor
Sin escrúpulos ni excusas ni mutismos
Me fui cuando el sol me golpeó la cara
Y él se quedó aletargado
Regreso cuando se hace primavera
Hay micros que viajan y señoras con polleras roja
No supe adaptarme
A veces quisiera huir del todo
Mis piernas lo impiden.