sábado, 6 de septiembre de 2014

Carta Breve de amor para Julio Cortázar

Daremos vuelta al día en 80 mundos, tus mundos, para decirte Feliz cumpleaños. ¿Hay, acaso, algún homenaje que alcance para decirte gracias, muchas gracias, mientras el cronopio- reloj, el reloj- alcaucil, marca la hora presente, mientras – según las instrucciones-, con atrevimiento, le sacamos una hoja? Y es entonces, cuando me permito agradecerte jugando curiosa y sin tibieza a esa Rayuela mágica, y tomo un té con La Maga y Rocamadur anda suelto y huimos juntas de aquella Casa Tomada.
Julio te tuteo, en presente, en cotidiano, en sobremesa, como se interpela a los de uno, a los nuestros, sin Etiquetas y prelaciones. Y en medio de tanto pensamiento, vienen aquellos Viajes que pasamos juntos, de La noche boca arriba hasta esperar el Final de Juego, entremezclado entre algún Almuerzo mientras devoraba aquella Carta de Mamá.
Este es un Cuento sin moraleja como los que nos dejaste, no importa si Tía está en dificultades, te hablo con la Alegría del cronopio, te regalo Una flor amarilla, me voy con vos hasta el Fin del mundo del Fin. Lo grito en la cara de un jefe de oficina, esto es Una Carta de Amor. Breve como el Breve Amor

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